martes, 14 de junio de 2016

RECUPERACIÓN: LUNES 20 DE JUNIO A LAS 8.15

CONTENIDOS 

1ª Evaluación

Cantar de Mío Cid (tema 4)

Libro de Buen amor (tema 4)

Don Juan Manuel El conde Lucanor. (tema 4)

2ª Evaluación 

Jorge Manrique y Coplas a la muerte de su padre  (tema 8)
La Celestina (tema 8)

3ª Evaluación 

Análisis sintáctico de oraciones simples (Apuntes)
Texto argumentativo (tema 10)
El Lazarillo de Tormes (tema 8)
El Quijote (tema 12)


miércoles, 8 de junio de 2016

EXAMEN: JUEVES 9 DE JUNIO

CONTENIDOS

Tema 8: 
Lazarillo de Tormes

Tema 10: 
Texto argumentativo

Tema 12: 
El Quijote 

*Sintaxis de la oración simple: Oración pasiva y complemento agente (apuntes)

lunes, 6 de junio de 2016

DON QUIJOTE DE LA MANCHA, MIGUEL DE CERVANTES


 



-Quema libros:    http://www.youtube.com/watch?v=jjp6KHInIXI

En la primera parte de El Quijote, cuando Alonso Quijano regresa vapuleado de su primera salida, el ama y la sobrina piden al barbero y al cura (licenciado en Sigüenza) que quemen los libros de la biblioteca, a los que acusan de haber secado el cerebro del hidalgo. El cura y el barbero suben a la biblioteca y comienzan a elegir los libros que irán a la hoguera, de los que se salvan pocos: Amadís de Gaula, Tirant Lo Blanc, La Galatea, del propio Cervantes, y poco más. Cuando terminan sellan la habitación y al despertar Don Quijote le cuentan la milonga de que la biblioteca ha desaparecido por el encantamiento de un mago. Don Quijote, claro, se lo cree a pies juntillas y barrunta que habrá sido el encantador Frestón, acérrimo enemigo en el juicio perdido del Caballero de la Triste Figura.


- Molinos de viento: http://www.youtube.com/watch?v=IVJEo92sy48

" Del buen suceso que el valeroso Don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, con otros sucesos dignos de felice recordación

En esto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como Don Quijote los vió, dijo a su escudero: la ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o poco más desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla, y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer: que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra. ¿Qué gigantes? dijo Sancho Panza.
Aquellos que allí ves, respondió su amo, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas. Mire vuestra merced, respondió Sancho, que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que volteadas del viento hacen andar la piedra del molino. Bien parece, respondió Don Quijote, que no estás cursado en esto de las aventuras; ellos son gigantes, y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla. Y diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que sin duda alguna eran molinos de viento, y no gigantes aquellos que iba a acometer. Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho, ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran; antes iba diciendo en voces altas: non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete. Levantóse en esto un poco de viento y las grandes aspas comenzaron a moverse, lo cual visto por Don Quijote, dijo: pues aunque mováis más brazos que los del gigante Briareo, me lo habéis de pagar."


Rebaño de ovejas:  http://www.youtube.com/watch?v=pFVAtrTI_gE


"Estaba Sancho Panza colgado de sus palabras, sin hablar ninguna, y de cuando en cuando volvía la cabeza a ver si veía los caballeros y gigantes que su amo nombraba; y como no descubría a ninguno, le dijo:
—Señor, encomiendo al diablo hombre, ni gigante, ni caballero de cuantos vuestra merced dice parece por todo esto. A lo menos, yo no los veo. Quizá todo debe ser encantamento, como las fantasmas de anoche.
—¿Cómo dices eso? —respondió don Quijote—. ¿No oyes el relinchar de los caballos, el tocar de los clarines, el ruido de los atambores?
—No oigo otra cosa —respondió Sancho— sino muchos balidos de ovejas y carneros.
Y así era la verdad, porque ya llegaban cerca los dos rebaños.
—El miedo que tienes —dijo don Quijote— te hace, Sancho, que ni veas ni oyas a derechas70, porque uno de los efectos del miedo es turbar los sentidos y hacer que las cosas no parezcan lo que son; y si es que tanto temes, retírate a una parte y déjame solo, que solo basto a dar la victoria a la parte a quien yo diere mi ayuda.

Y, diciendo esto, puso las espuelas a Rocinante y, puesta la lanza en el ristre, bajó de la costezuela como un rayo."

-La liberación de los galeoteshttp://www.youtube.com/watch?v=EuxcqfVvpQk
En este fragmento, don Quijote se encuentra con una cadena de hombres condenados a hacer galeras y tras interesarse por la causa de la condena de estos, les ruega a los guardianes de los galeotes que los liberen, los guardianes se oponen a los deseos de don Quijote y se enzarzan en una violenta discusión en la que los galeotes aprovechan para escapar.


-Cueva de Montesinos: http://www.youtube.com/watch?v=2bfaIGFCL-A
Don Quijote partió con Sancho hacía la cueva de Montesinos en compañía de un estudiante aficionado también a las novelas de caballería. Juntos hablaron de los libros que había escrito y de las tramas que en ellos se exponía.. Mientras, Sancho iba burlandose de tantas sandeces. Para bajar a la cueva don Quijote fue agarrado con sogas. En tanto descendía, los demás se quedaron rezando por él. Al subirlo, vieron que se había dormido  y,  al despertar, el caballero contó una aventura asombrosa que según él había presenciado en la cueva. 

  Por tanto, se plantea este episodio desde las perspectivas del sueño, la distinción entre el mundo de las apariciones y los personajes encantados y el tópico barroco del desengaño. Se concluye que no es correcto hablar de una "locura" del Quijote a partir de esta aventura, sino más bien de una capacidad imaginativa y creativa que le permite inventar, o suponer, toda la narración con propósitos burlescos o ingeniosos.


-Muerte de Don Quijote: http://www.youtube.com/watch?v=atZxpRSOzZU


"Y, volviéndose a Sancho, le dijo:
—Perdóname, amigo, de la ocasión que te he dado de parecer loco como yo, haciéndote caer en el error en que yo he caído de que hubo y hay caballeros andantes en el mundo.
—¡Ay! —respondió Sancho llorando—. No se muera vuestra merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva muchos años, porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir sin más ni más, sin que nadie le mate ni otras manos le acaben que las de la melancolía. Mire no sea perezoso, sino levántese desa cama, y vámonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado: quizá tras de alguna mata hallaremos a la señora doña Dulcinea desencantada, que no haya más que ver. Si es que se muere de pesar de verse vencido, écheme a mí la culpa, diciendo que por haber yo cinchado mal a Rocinante le derribaron; cuanto más que vuestra merced habrá visto en sus libros de caballerías ser cosa ordinaria derribarse unos caballeros a otros y el que es vencido hoy ser vencedor mañana.
—Así es —dijo Sansón—, y el buen Sancho Panza está muy en la verdad destos casos.
—Señores —dijo don Quijote—, vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño. Yo fui loco y ya soy cuerdo; fui don Quijote de la Mancha y soy agora, como he dicho, Alonso Quijano el Bueno. Pueda con vuestras mercedes mi arrepentimiento y mi verdad volverme a la estimación que de mí se tenía, y prosiga adelante el señor escribano."

viernes, 3 de junio de 2016

TEATRO FORO




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Viernes 10 de junio: Entrega de textos teatrales. 
Cada grupo entregará un guion escrito de su pieza teatral. Se valorará la presentación, la expresión escrita y la originalidad.

Viernes 10 de junio: Muestra final de los grupos 1, 3 y 6.

Viernes 17 de junio: Muestra final de los grupos 2, 4 y 5.

En las muestras teatrales se valorará la capacidad expresiva de cada uno de los intérpretes, así como la calidad de escénica de la representación.

En resumen, en este proyecto de teatro foro valoraremos la creatividad, el esfuerzo y la actitud mostrada en cada una de las sesiones de trabajo.

GRUPOS: 
Grupo 1: Miguel, Leire, Aday y Andrea.
Grupo 2: Paula, José Andrés, Marta, Eliana y Marcos.
Grupo 3: Dahiana, Fermín, Adrián y Diego del Tío.
Grupo 4: Iria, Belén, Álvaro, Alberto, Alejandro Pérez y Carlos.
Grupo 5: Fernando, Pablo, Fran, Anjali, y Diego Marazuela.
Grupo 6: María, Aissa, Javier, Amaia y Alejandro de la Osa.

martes, 24 de mayo de 2016

TEATRO EN LA CÁRCEL


A continuación responde por escrito a este par de preguntas:

-¿Qué te parece la labor de Elena Cánovas?

-¿Qué te gustaría preguntarle? Imagina que está aquí delante de ti (mañana lo estará) e inventa tres preguntas que te gustaría hacerle si tuvieras la oportunidad de entrevistarla.

lunes, 16 de mayo de 2016

LAZARILLO DE TORMES



TRATADO I (Ciego)
Estábamos en Escalona, villa del duque de ella, en un mesón, y diome un pedazo de longaniza que le asase. Ya que la longaniza había pringado y comídose las pringadas, sacó un maravedí de la bolsa y mandó que fuese por él de vino a la taberna. Púsome el demonio el aparejo delante los ojos, el cual, como suelen decir, hace al ladrón, y fue que había cabe el fuego un nabo pequeño, larguillo y ruinoso, y tal que, por no ser para la olla, debió ser echado allí. Y como al presente nadie estuviese, sino él y yo solos, como me vi con apetito goloso, habiéndoseme puesto dentro el sabroso olor de la longaniza, del cual solamente sabía que había de gozar, no mirando qué me podría suceder, pospuesto todo el temor por cumplir con el deseo, en tanto que el ciego sacaba de la bolsa el dinero, saqué la longaniza y muy presto metí el sobredicho nabo en el asador, el cual, mi amo, dándome el dinero para el vino, tomó y comenzó a dar vueltas al fuego, queriendo asar al que, de ser cocido, por sus deméritos había escapado. Yo fui por el vino, con el cual no tardé en despachar la longaniza y, cuando vine, hallé al pecador del ciego que tenía entre dos rebanadas apretado el nabo, al cual aún no había conocido por no haberlo tentado con la mano. Como tomase las rebanadas y mordiese en ellas pensando también llevar parte de la longaniza, hallóse en frío con el frío nabo. Alteróse y dijo:
-¿Qué es esto, Lazarillo?
-¡Lacerado de mí! -dije yo-. ¿Si queréis a mí echar algo? ¿Yo no vengo de traer el vino? Alguno estaba ahí y por burlar haría esto.
-No, no -dijo él-, que yo no he dejado el asador de la mano; no es posible.
Yo torné a jurar y perjurar que estaba libre de aquel trueco y cambio; mas poco me aprovechó, pues a las astucias del maldito ciego nada se le escondía. Levantóse y asióme por la cabeza y llegóse a olerme. Y como debió sentir el huelgo, a uso de buen podenco, por mejor satisfacerse de la verdad, y con la gran agonía que llevaba, asiéndome con las manos, abríame la boca más de su derecho y desatentadamente metía la nariz. La cual él tenía luenga y afilada, y a aquella sazón, con el enojo, se había aumentado un palmo; con el pico de la cual me llegó a la golilla.
Y con esto, y con el gran miedo que tenía, y con la brevedad del tiempo, la negra longaniza aún no había hecho asiento en el estómago; y lo más principal: con el destiento de la cumplidísima nariz, medio cuasi ahogándome, todas estas cosas se juntaron y fueron causa que el hecho y golosina se manifestase y lo suyo fuese vuelto a su dueño. De manera que, antes que el mal ciego sacase de mi boca su trompa, tal alteración sintió mi estómago, que le dio con el hurto en ella, de suerte que su nariz y la negra mal mascada longaniza a un tiempo salieron de mi boca.
¡Oh gran Dios, quién estuviera aquella hora sepultado, que muerto ya lo estaba! Fue tal el coraje del perverso ciego, que, si al ruido no acudieran, pienso no me dejara con la vida. Sacáronme de entre sus manos, dejándoselas llenas de aquellos pocos cabellos que tenía, arañada la cara y rascuñado el pescuezo y la garganta. Y esto bien lo merecía, pues por su maldad me venían tantas persecuciones.



martes, 1 de marzo de 2016

LA CELESTINA


MUERTE DE CELESTINA
SEMPRONIO. ¡Oh vieja avarienta, muerta de sed por dinero! ¿No serás contenta con la tercia parte de lo ganado?

CELESTINA. ¡Qué tercia parte! Vete con Dios de mi casa tú. Y esotro no dé voces, no allegue[10] la vecindad. No me hagáis salir de seso, no queráis que salgan a plaza las cosas de Calisto y vuestras.

SEMPRONIO. Da voces o gritos, que tú cumplirás lo que prometiste, o cumplirás hoy tus días.

CELESTINA. ¡Justicia, justicia, señores vecinos! ¡Justicia, que me matan en mi casa estos rufianes!

SEMPRONIO. ¡Espera, doña hechicera, que yo te haré ir al infierno!

CELESTINA. ¡Ay, que me ha muerto! ¡Ay, ay! ¡Confesión, confesión!

PÁRMENO. Dale, dale, acábala, pues comenzaste, que nos sentirán[11]. ¡Muera, muera! De los enemigos, los menos.

CELESTINA. ¡Confesión!
MUERTE DE CALISTO
 MELIBEA.- ¡Oh, desdichada soy! ¡Y cómo vas, tan recio y con tanta prisa y desarmado, a meterte entre quien no conoces! Lucrecia, ven presto acá, que es ido Calisto a un ruido. Echémosle sus corazas por la pared, que se quedan acá.
TRISTÁN.- Tente, señor, no bajes. Idos son; que no eran sino Traso el cojo y otros bellacos, que pasaban voceando. Que ya se torna Sosia. Tente, tente, señor, con las manos a la escala.
CALISTO.- ¡Oh, válgame Santa María! ¡Muerto soy! ¡Confesión!
TRISTÁN.- Llégate presto, Sosia, que el triste de nuestro amo es caído de la escala, y no habla ni se bulle.
SOSIA.- ¡Señor, señor, ¡A esa otra puerta...! ¡Tan muerto es como mi abuela! ¡Oh gran desventura!
LUCRECIA.- ¡Escucha, escucha! ¡Gran mal es éste!
MELIBEA.- ¿Qué es esto que oigo, amarga de mí?
TRISTÁN.- ¡Oh mi señor y mi bien muerto! ¡Oh mi señor despeñado! ¡Oh triste muerte sin confesión! Coge, Sosia, esos sesos de esos cantos, júntalos con la cabeza del desdichado amo nuestro. ¡Oh día aciago! ¡Oh arrebatado fin!
MELIBEA.- ¡Oh desconsolada de mí! ¿Qué es esto? ¿Qué puede ser tan áspero acontecimiento como oigo? Ayúdame a subir, Lucrecia, por estas paredes, veré mi dolor; si no, hundiré con alaridos la casa de mi padre. ¡Mi bien y placer, todo es ido en humo! ¡Mi alegría es perdida! ¡Consumióse mi gloria!


 MUERTE DE MELIBEA Y PLANTO DE PLEBERIO
PLEBERIO.-  Hija mía Melibea, ¿qué haces sola? ¿Qué es tu voluntad decirme? ¿Quieres que suba allá?
MELIBEA.-  Padre mío, no pugnes ni trabajes por venir adonde yo estoy, que estorbarás la presente habla que te quiero hacer. Lastimado serás brevemente con la muerte de tu única hija. Mi fin es llegado, llegado es mi descanso y tu pasión, llegado es mi alivio y tu pena, llegada es mi acompañada hora y tu tiempo de soledad. No habrás, honrado padre, menester instrumentos para aplacar mi dolor, sino campanas para sepultar mi cuerpo
(...)
PLEBERIO.- Pero, ¿quién forzó a mi hija a morir, sino la fuerte fuerza de amor? (...)
Sana dejas la ropa, lastimas el corazón. Haces que feo amen y hermoso les parezca. ¿Quién te dio tanto poder? ¿Quién te puso nombre que no te conviene? Si amor fueses, amarías a tus sirvientes. Si los amases, no les darías pena. Si alegres viviesen, no se matarían como ahora mi amada hija.
¿En qué pararon tus sirvientes y sus ministros? La falsa alcahueta Celestina murió a manos de los más fieles compañeros que ella para tu servicio emponzoñado jamás halló. Ellos murieron degollados. Calisto, despeñado. Mi triste hija quiso tomar la misma muerte por seguirle. Esto todo causas. Dulce nombre te dieron; amargos hechos haces. (...)
Enemigo de amigos, amigo de enemigos, ¿por qué te riges sin orden ni concierto? Ciego te pintan, pobre y mozo. Pónente un arco en la mano con que tires a tiento. (...)
¡Oh mi compañera buena! ¡Oh mi hija despedazada! ¿Por qué no quisiste que estorbase tu muerte? ¿Por qué no hubiste lástima de tu querida y amada madre? ¿Por qué te mostraste tan cruel con tu viejo padre? ¿Por qué me dejaste cuando yo te había de dejar? ¿Por qué me dejaste penado? ¿Por qué me dejaste triste y solo in hac lachrymarum valle?